31/08/10

DESDE HUATUSCO

Roberto García Justo.

¿VIOLENCIA¿ NI PENSARLO. Tal vez seamos una sociedad demasiado tradicionalista y entregada a la doctrina de Dios, convencidos de que él ilumina las actividades de todos los días. Al mismo tiempo que recibimos una dosis de energía que provoca un espíritu de progreso dentro de las normas que dominan el arte de la ciencia y el trabajo. Salvaguardando el debido respeto a las instituciones, a las familias y a la propiedad ajena, en gran medida está asegurada la integridad de la sociedad. Quizá algunos en el interior soñemos con dominar el arte de la política, para hacer de ella un valioso instrumento que nos permita vivir cómodamente, sin mucho sacrificio. Pero, todo queda en el intento.

Por principio, no podemos permitir que a la zona cafetalera se le catalogue como conflictiva y peligrosa. En donde la zozobra sea una constante y que la nota roja sobresalga sobre otros sitios del área metropolitana. Ese no es un señalamiento acertado y convincente. Es de todos una responsabilidad, intentar borrar ese falso criterio, antes de que se genere una idea inexacta de lo que realmente es la convivencia de rancherías, comunidades y municipios de la región, que comprende catorce entidades. Todas ellas entregadas a producir para la subsistencia de presente y futuras generaciones.

Como en la mayoría de los Estados del País, aquí también se hizo presente el fenómeno de la extorsión vía telefónica. Que por medio de amenazas, causaron temor e incertidumbre por todas partes. Algunos Huatusqueños cayeron en la trampa y dieron su aportación en efectivo. La mayoría se atrincheró en tácticas difundidas por la autoridad judicial, evitando ser estafado por las bandas cibernéticas. Muchos han sido engañados por “paqueros”. Una especie de Psicólogos de los ambiciosos, ya que estudian con detenimiento a su víctima y las enredan hasta conseguir su objetivo. Los asaltos a industria y comercios, son esporádicos. Pero, el robo de automóviles, es una actividad latente.

La desconfianza es un atributo del ser humano. Y en casos delicados surge un mar de dudas y comentarios, a veces arriesgados y temerarios. En este caso, ponemos las manos al fuego y confiamos en la Agencia Veracruzana de investigación para que ella a través de sus métodos científicos y profesionales de a conocer los resultados de sus pesquisas, de tal forma que sus resultados arrojen el contenido de la verdad. Tal es el caso de la muerte del empresario cafetalero y cañero Serafín Sampieri Cantón. Asesinado de un solo tiro que entró en la nuca y salió en la nariz. La gente de Zocapa del Rosario, Municipio de Zentla, jamás se quitará de la mente que fue una artera agresión a un ciudadano pacífico.

Descendiente de migrantes italianos, “El Chinole” era un adicto al trabajo y a disfrutar de sus beneficios. Su vida la dedicaba a sus propiedades, consistentes en fincas cafetaleras y trapiches. Que en números cerrados producen tres toneladas diarias de panela para el mercado nacional. En época de cosecha de café, eran cientos de cortadores que prestaban su servicio a tan noble actividad. Por esa razón, no tenemos palabras para consuelo de sus seres queridos. Sobre todo si recordamos esos detalles tan especiales de regalarnos algunos versos y canciones de su repertorio. Por esa razón, antes de que otra cosa suceda, se requiere que se aclare este hecho que mantiene en tensión a la comunidad itálica y criolla.

En el orden que nos ocupa. Los comentarios que se escuchan van encaminados en el sentido de que los Alcaldes Electos tomen en consideración la propuesta del Presidente Calderón, para iniciar la formación y capacitación de una policía unificada. Con una estrategia tendiente a prevenir la propagación de delitos. Es conveniente un estudio riguroso de la faja que compone al distrito. Con la finalidad de establecer en la práctica un programa de vigilancia en una circunferencia que abarque la parte urbana y la rural. Esto cerraría los intentos de bandas delictivas para operar impunemente en el territorio que ocupamos.
Se dice que los empleados que laboran en las corporaciones policíacas. Cuya actividad está relacionada en mantener el orden dentro de la ciudadanía. Carece de una preparación y conocimiento adecuado para tratar los problemas que con frecuencia se presentan. El material convencional con que prestan el servicio es obsoleto y ni hablar de sus sueldos que no compensa el riesgo que implica la empresa. Lo deseable es que las administraciones que se estrenan, dentro de sus responsabilidades, pongan atención a esta eventualidad y corrijan puntualmente las deficiencias y errores existentes. De tal forma que la población pueda respirar ese aire que da la seguridad. gajustoro@hotmail.com