17/09/10

SÍNTESIS

NO MAS MANIPULACIÓNES DE LA HISTORIA

José Manuel Zevallos P.

Debe rechazarse ya, la superficialidad que ha caracterizado a las celebraciones de las principales efemérides nacionales. Seguir festejando “El Grito” de Hidalgo o el llamado a la Revolución de Madero, con cohetes, bailes, música de mariachis, desfiles militares y piezas oratorias sin contexto alguno, a nadie le dice nada y solo se ha logrado hasta ahora, confundir a la gente y atrofiar su espíritu cívico. Debiera buscarse en cambio, como calar colectivamente en la verdadera naturaleza de esos actos históricos, analizando públicamente en encuentros, discusiones y lecturas, los complejos antecedentes de ambas revoluciones. Es posible que con esos actos u otros semejantes se pueda contribuir a difundir una noción mas clara de la verdad histórica, sus reales consecuencias y con ello, una mejor explicación de la realidad del México contemporaneo. En las condiciones actuales del país, un debate nacional sobre estos temas, resulta no solo conveniente, sino indispensable.
No está muy claro aún, si los organizadores del doble festejo centenario en curso tuvieron en cuenta lo anterior, pero si no fue así, es el momento de reorientarlos y rescatarlos de los manipuladores de la Historia Nacional, cada día más descarados en su misión de confundir a los mexicanos y sacar provecho de ello.
Así por ejemplo, resulta elemental aclarar como punto de partida, el verdadero espíritu que animo a la Conquista de América , eliminando de una vez por todas, los falsos conceptos que difundió la historia escrita por los vencedores. Para ello es indispensable puntualizar que el viaje de Colón, no fue, como se proclama: “un descubrimiento” porque “los americanos” ya se habían descubierto a sí mismos, habitaban esas tierras y habían desarrollado para entonces en ellas, avanzadas civilizaciones. Tampoco se trató de “un encuentro entre “dos civilizaciones” – como después se quiso presentar, sino de una bárbara expedición militar de conquista, movida básicamente por la ambición y el deseo de apoderarse de las riquezas de las tierras americanas y someter de paso a sus propietarios y habitantes. La conquista no fue entonces un acto de humanidad o de fe, sino de ambición y dominio. La Bula de Alejandro VI, (el Papa Borgia), repartió el Nuevo Mundo entre España y Portugal, (las potencias católicas), es decir, repartió algo que no era suyo y lo que resultó peor, repartió también a los legítimos propietarios que habitaban esas tierras. El reparto se hizo desde luego, a punta de espada y rapiña: apoderándose de todo lo que los conquistadores consideraron valioso para ellos y destruyendo además, sin contemplaciones, todo valor cultural de los conquistados (idiomas, leyes, religiones, pinturas, construcciones, tradiciones, literatura, arte, etc).
El conquistador impuso además, por la fuerza, su propia organización económica y política, creando con ello una sociedad más desigual e injusta que las que tenían anteriormente conquistados y conquistadores y en donde naturalmente gobernaron solo los españoles, (ni siquiera sus hijos, los llamados criollos), dejando los papeles menos relevantes para los mestizos y la esclavitud para los negros y las castas. En esa sociedad terriblemente injusta, donde la nobleza española poseía todas las riquezas y sus demás habitantes solo lograban, en el mejor de los casos, sobrevivir, se generó, como es de explicarse, una inconformidad creciente que explotó por fin – después de 300 años - con el Grito de Hidalgo, en 1810, bajo la dirección rebelde de criollos y mestizos ilustrados.
En ese ambiente de desigualdad y discriminación se desarrolló la guerra de liberación en la cual, el bajo clero (Hidalgo, Morelos, Matamoros, Jiménez etc.), optó por la causa de los pobres y el alto clero lo hizo por la nobleza virreinal y el sistema monárquico, imperial, recurriendo a las más sofisticadas justificaciones, a las cuales es innecesario referirse ya, dado la evidente justicia de la causa independiente.
No es difícil analizar después, de la misma manera, la situación de la sociedad mexicana que precedió a la Revolución de 1910, si se tiene en cuenta: En primer lugar que el triunfo de la independencia nacional no pudo liquidar los privilegios de la sociedad colonial como lo deseaban especialmente Morelos y sus seguidores, porque a cambio de la independencia, el Nuevo País debió darles a los españoles, la garantía de que serían tratados en condiciones de igualdad con los mexicanos, respetando sus riquezas, privilegios y personas. La garantía mencionada produjo entonces graves consecuencias, porque, en ninguna sociedad se da la igualdad entre los desiguales.
Los mexicanos iniciaron entonces, su nueva vida independiente, en la misma desventajosa pobreza en que habían vivido antes.La acumulación de la propiedad de la tierra en unas cuantas manos, continuó agudizándose entonces hasta 1910, especialmente propiciada por las políticas de “colonización” planteadas por Don Porfirio y la nefasta actividad de las Compañías deslindadotas creadas por él. Las tierras deslindadas, supuestamente baldías, pero pertenecientes en realidad a los pueblos indios o a campesinos indígenas que carecían de títulos de propiedad expedidos por autoridades españolas, fueron a parar a manos de los antiguos hacendados, que incrementaron sus latifundios, reapareciendo así, esa nueva forma de esclavitud que es la servidumbre de la tierra, apoyada por los contratos de mediería, las tiendas de raya y otras formas “jurídicas” de despojos de toda clase, de los que se ocupa tan ilustrativamente John Kenet Turner en su libro “México Bárbaro”.
Es importantísimo para todos entender ahora como por efectos de la rebeldía popular vertida en ese movimiento violento que hoy se llama Revolución Mexicana, esa sociedad desigual empezó a transformarse en otra menos injusta, siempre enfrentando a la tenaz resistencia de los poderosos. Cada paso fue obstaculizado y combatido por el enorme poder económico de quienes perdían sus privilegios. Así, los hacendados se opusieron a la Reforma Agraria, al reparto de la tierra entre los campesinos, porque lo consideraban un robo, olvidando que sus antepasados habían despojado de esas mismas tierras y sin razón alguna, a los antepasados de quienes ahora reclamaban un pedazo de ellas. Igualmente los dueños de las minas consideraron un crimen su nacionalización, olvidándose del régimen de explotación inhumana que habían impuesto en esos centros de trabajo. Otro tanto sucedió con los industriales y sus fábricas que fueron obligados poco a poco a mejorar las condiciones de vida de sus trabajadores. Los beneficios que reportó al país, ese movimiento armado no alcanzarían siquiera a enumerarse en este breve espacio, pero es necesario que todos los conozcan y analicen para que no se pierdan nuevamente ante los embates de una propaganda mentirosa, desorientadora y mal intencionada. Ojalá que los actuales festejos puedan cumplir, aun cuando sea parcialmente, con la patriótica misión de revalorizar con justicia, nuestros grandes movimientos sociales, porque ello significará el auténtico progreso del país.

MAJESTUOSA CELEBRACIÓN DEL BICENTENARIO EN HUATUSCO



• Desde el Palacio Municipal, la Alcaldesa encabezó la Ceremonia del “Grito de Independencia”.
• Miles de personas llenaron el Parque Zaragoza, en donde disfrutaron del festejo patrio con fuegos artificiales, música y antojitos mexicanos.
• Al día siguiente, estudiantes y autoridades rindieron honores a la Bandera Nacional y realizaron el tradicional desfile del 16 de septiembre.

Huatusco, Ver.- En una majestuosa y solemne ceremonia conmemorativa del Bicentenario de la Independencia Nacional, la Alcaldesa, Profesora Zaira Ochoa Valdivia, encabezó el “Grito de Independencia” en el que lanzó la tradicional arenga libertaria que contagió de emoción a miles de huatusqueños presentes frente al Palacio Municipal.
Poco antes de las 11 de la noche, y después de rendir honores a la Bandera Nacional, la Munícipe se presentó en el balcón central del Palacio Municipal, donde hizo tañer la campana de bronce, grito varias veces “Viva México” y “Viva el Bicentenario de la Independencia “.
Antes, la secretaria del Ayuntamiento, Beatriz Pardo Ruiz, leyó el acta de independencia, mientras la gente seguía llegando a la histórica plaza del Parque Zaragoza, a pesar de la pertinaz lluvia que cayó en Huatusco minutos antes de iniciar los festejos.
Visiblemente emocionada por el fervor patrio, la Profesora Ochoa Valdivia inició de esta forma los festejos conmemorativos del Bicentenario de la Independencia Nacional, en compañía de su comuna, ex presidentes municipales, servidores públicos del Ayuntamiento e invitados especiales.
Luego de recibir el lábaro patrio de la escolta municipal, vestida con un colorido traje de China Poblana, la Presidenta Municipal ondeo la bandera tricolor desde el balcón del Ayuntamiento ante decenas de ciudadanos y turistas que festejaban el momento con alegría.
Al concluir la arenga libertaria y después de entonar con fervor el Himno Nacional Mexicano, miles de huatusqueños admiraron durante 20 minutos un espectáculo de fuegos artificiales, nunca antes visto en esta región, que iluminaba el cielo con castillos de luces multicolores, que provocó alegría, emoción y admiración entre niños y adultos.
Posteriormente la munícipe, acompañada por servidores públicos, liberó a cuatro reos detenidos por faltas administrativas, a quienes convocó a valorar y a disfrutar la libertad, cumpliendo así con el antiguo protocolo que rige estas fiestas.
LOS FESTEJOS PATRIOS INICIARON TEMPRANO
La Fiesta del Bicentenario de la Independencia Nacional inició al medio día, cuando la Presidenta Municipal, inauguró una Muestra Gastronómica Ancestral de Huatusco, en el Parque Zaragoza, donde la gente se delito con platillos típicos del municipio como el Tlatonile y las chicatanas, en diferentes presentaciones. .
Alrededor de las 17:30 horas, la primera autoridad de Huatusco inauguró también un gigantesco escudo municipal, confeccionado con aserrín de colores, en los bajos del kiosco del Parque Zaragoza. Esta obra monumental, realizada por dos artistas oriundos de Huatusco, necesitó de doce horas ininterrumpidas de arduo trabajo.
Posteriormente, a las 18 horas, inició una verbena popular, en la que decenas de jóvenes y niños huatusqueños presentaron diferentes números musicales, que recibieron cientos de aplausos de los asistentes. La jornada festiva concluyó con la presentación de un afamado grupo musical, que motivo a bailar a los ciudadanos hasta la madrugada.
CEREMONIA CÍVICA DEL 16 DE SEPTIEMBRE
Por otra parte, la Alcaldesa Ochoa Valdivia, servidores públicos municipales y estudiantes y maestros, encabezaron, al día siguiente, el tradicional desfile cívico del 16 de septiembre, por las principales calles de la ciudad.
En este evento participaron más de dos mil alumnos de 31 escuelas de primaria, secundaria, bachillerato y educación superior, que luego de rendir honores a la Bandera Nacional en la Alameda Chicuéllar, iniciaron la marcha para continuar los festejos patrios.