05/09/10

El Baldón:

Padres irresponsables

Por José Miguel Cobián

¿Cuántas veces hemos leído esta frase para justificar lo mal que supuestamente está la juventud? Creo que no sólo es problema familiar el asunto de la delincuencia y de los ninis (esos siete millones de jóvenes mexicanos que no estudian ni trabajan), pero si hay un punto en el cual podemos acusar a los padres de familia de absoluta irresponsabilidad en la gran mayoría de los casos, y es en el área de la educación.
Periódicamente los medios de comunicación nos informan de lo malísima que es la educación en México. Cuando no es la prueba enlace, es el comparativo entre México y el resto de los países agrupados en la OCDE o con los países de la APEC e incluso con los países latinoaméricanos como Chile, Brasil, Argentina, etc. Ya no se diga lo mal que estamos comparando el nivel educativo de México con Cuba.
Todos sabemos los problemas que enfrenta el sindicato de maestros, tanto a nivel de líderes nacionales como Elba Esther, como en las distintas secciones, como es el caso de la sección de Oaxaca y su relación con la APPO. De las pruebas de calidad a los maestros también los medios de comunicación nos han informado ampliamente de la mínima capacidad de un buen porcentaje de maestros.
Vemos cada día las carencias en las escuelas públicas y privadas, salvo las de élite, que tienen el mejor equipo a nivel nacional. Y vemos con sorpresa que a pesar de todo, la UNAM es la única universidad mexicana que brilla a nivel internacional.
Los padres de familia somos irresponsables, porque no asumimos la importancia que tiene la educación de nuestros hijos en su futuro y en el futuro de la Nación. Nos importa cuando mucho que vayan a la escuela, y la gran mayoría acepta seises o sietes de promedio, a sabiendas de que esa calificación con nuestro nivel educativo, equivale a un tres o cuatro de países en dónde verdaderamente se educa a los niños. Sabemos que es mediocre la educación y todavía aceptamos mediocres calificaciones a nuestros hijos que jamás aprenden el arte de esforzarse y ser mejores cada día.
Sería tan simple que las agrupaciones de padres de familia se organizaran no sólo para cobrar una inscripción o cuota indebida para solventar gastos como ventanales, pizarrones o instalar un nuevo escusado, sino para verificar la calidad de la educación que a sus hijos –supuestamente lo más valioso de cada familia-, le está otorgando la institución a la cual asisten. El problema es que los propios padres de familia tenemos un muy bajo nivel educativo y no podemos evaluar la calidad de la escuela a la que nuestros hijos asisten. Además, al saber que en las escuelas públicas la educación es gratuita, entendemos que ya es mucho lo que nos dan al no cobrar colegiaturas, y por ello no nos atrevemos a exigir una educación de calidad.
Nada más como ejercicio teórico me gustaría pensar en un México en el cual cada grado escolar, cada salón de cada escuela del país es evaluado mediante un pequeño examen, similar al de la prueba enlace, y los resultados obtenidos son comparados no sólo a nivel nacional, sino también a nivel internacional, y así los padres de familia sabrán el verdadero nivel educativo de sus hijos. El esfuerzo que hacemos la mayoría de las familias mexicanas para enviar a nuestros hijos a las escuelas, ya sea públicas o privadas, debe ser correspondido con un servicio de calidad por parte de estas instituciones. Si los maestros no tienen el nivel adecuado, habrá que capacitarlos, pero al tener mediciones semestrales de su nivel de enseñanza a través de las calificaciones de sus hijos, podremos ver si avanzamos o conservamos nuestro ridículo y bajísimo nivel educativo. También los padres de familia podrían exigir con mayor conocimiento de causa, no sólo más y mejores maestros, sino también presupuestos para la escuela de sus hijos que les permitan estudiar con un nivel mínimo de comodidad, y evitar baños sin paredes ni puertas, pupitres desgastados o inservibles, e incluso el que haya varios grados en un mismo salón de clases.
Claro es una utopía más, que de aplicarse, elevaría nuestro nivel de competitividad como país, pues al mal educar a nuestros futuros profesionales y al tener un nivel tan bajo en comprensión verbal y escrita o en matemáticas, estamos llevando a México al fracaso pues no tiene futuro, no hay quien dirija y compita en un mundo cada vez más difícil, y seguiremos con nuestro liderazgo en crimen organizado, y en exportación de mexicanos.www.josecobian.blogspot.com miguelcobian@gmail.com