15/09/10

DESDE HUATUSCO

Roberto García Justo.

UN DESCALABRO AL OFICIO…El sábado once de alguna forma se inscribió en esa larga lista de días enviados al archivo de la historia, que no consideramos como olvido. Cada uno de esos espacios trazados por elementos provenientes del universo, tiene su importancia, de acuerdo al interés personal que significan las horas y minutos de su permanencia. Las veces que revisamos el reloj para checar el tiempo, nos percatamos que sería descabellado detenerlo. Las manecillas avanzan sin esa fuerza externa que las detenga. Confiado en su dinámica, en esa fortaleza que emana de una fuerza casi invisible.

El S-11-09, tal vez no le demos la importancia que tengan otras fechas, porque, lo que para unos significa alegría al resto le causa dolor. Sin olvidar a los que no sienten nada, se entregan a un juego en donde el futuro tiende a retroceder. El secreto que el misterio de la vida eterna encierra, no llegaremos a descubrirlo en toda su magnitud. Solo nos conformamos con acercarnos, con el fin de darle una interpretación lógica y creíble. Que satisfaga ese cúmulo de incertidumbres que genera la ignorancia y a veces el conocimiento.

Alterados y confundidos, en este mundo de confrontaciones, recibimos la noticia del fallecimiento de don ALFREDO GONZALEZ CHIMAL. Algo que por el momento nos incomoda y hasta cierto grado impacta. Encerrados en ese trance, no quiere decir recuperados. Cavilamos hasta donde el pensamiento nos alcanza, el paso de los hombres como él, por esta sagrada tierra. Hace años que don ALFREDO nos visitaba con regularidad. Era inconfundible su figura, cámara fotográfica en mano, grabadora, libreta y celular. Mentiría si hablara de su niñez o juventud, su presencia en la zona cafetalera era ya, la de un personaje hecho para el trabajo, como el que desempeñó hasta el último día.

Con seguridad podemos afirmar que esta noble profesión, otorga satisfacciones al que con orgullo la porta. Nacer para entregarse a la laboriosa actividad de recoger las voces para después transformarla en noticia y difundirla por el contorno. Tiene su mérito. Y mucho más cuando la dedicación y entrega es completa. Las diferencias resultan elocuentes. Machetearle para arrancar los secretos periodísticos, es estremecer las raíces de una sociedad ansiosa por verse reflejada en las páginas de los diarios. Ir más allá de lo objetivo, es producto de una consistencia forjada en acero macizo.

No hay reproche que lamentar, la noble sociedad huatusqueña lo albergó como acostumbra hacerlo con los que demuestran su valía y honestidad. Ya que aquí se elaboraron cientos de historias que sacudieron el “ambiente político”. Conocedor de las fuentes informativas, transitaba de una columna a un artículo y de ahí a la crónica. Cuando el manejo de la nota es fresco, se advierte ese sentimiento de cordialidad que le imprime el editor. En ese aspecto, era obligatorio hacer un alto en el camino con la finalidad de devorar ese trabajo productivo, emanado del conjunto de pensamientos deseosos de salir a la luz, impulsado por la nobleza del autor.

Por el carácter humano y sus cualidades personales lo invitamos con sinceridad para llevar a la pila bautismal a Robertito. Quedó demostrado que en lo familiar no podíamos dejar de mencionar a ROSALIA COLULA. Su eterna acompañante. Con quien dio vida a SCARLET, SAID ALFREDO, FABIANNE Y LUPITA. Arropados bajo la batuta del maestro y amigo. Es en el seno del hogar adonde se cimentan los sentimientos de las mujeres y de los varones. Ahí se agolpan y colapsan los sueños. Al mismo tiempo que se consolidan las convicciones que refuerzan el desarrollo del verdadero amor.

COMPADRE ALGONCHI, no puedo decirte adiós, porque las ausencias son parte de la imaginación. Por el contrario, si una amistad se conserva, su presencia surge de la bruma para advertirnos donde menos lo pensamos, que la figura es eterna. Tirar al cesto de la basura el legado que dejaste, seria cerrar los ojos para no ver lo que con esfuerzo diseñaste. A través de los años hemos aprendido que la historia se integra por pedacitos. En donde son miles los que intervienen, hiciste la tuya. Cubriste ese espacio que te correspondía llenar. Otros tendrán que continuarla. Mis respetos y condolencias a mí estimada comadrita. Y para ti, desde el fondo de mi alma un grito que dice: ¡¡¡ GOYA…GOYA CACHUN CACHUN RA, RA, RA …¡¡¡ gajustoro@hotmail.com